jueves, 5 de abril de 2012

Prologo: El Sueño Sin Fin

Desperté agitado una mañana de verano, intentando recordar aquel sueño confuso que hacía varias noches que venía a mi mente enseñándome aquellas cosas que no sabía si había vivido o eran experiencias de una vida anterior, estaba tan entrado en mis pensamientos que por poco olvido abrochar la camisa que elegida para ese día tan especial, a decir verdad solo tenía dos o al menos un par lo suficientemente "bueno" para que mi madre (aun que no estoy seguro de que lo fuera realmente) lo aprobara, una era una camisa naranja no muy brillante de algodón con un entramado de rayas grises y una cruz en la espalda, la otra era blanca con ciertos motivos con un bordado que a simple vista no parecía especial pero si mirabas con atención formaban una especie de cráneo en la parte posterior, mi favorita por mucho. Esto se debe a como era costumbre intentaba controlar todos los aspectos de mi vida partida o al menos es lo que ella creía. Supongo que para entender ese abrupto despertar y este extraño inicio para una historia eh de remontarme algunos años atrás a cuando tenía unos 19 años aproximadamente, eh de advertir en este momento que los detalles pueden parecer difusos e incompletos pero la verdad es que no recuerdo muy bien o casi no recuerdo aquellos años y antes no me pregunten a decir verdad no sé si Alphonse es mi verdadero nombre, ese fue el primero que se me ocurrió al despertar que no fuera gracioso y pudiese traer burlas hacia mí por solo portarlo, pero supongo que para este momento nada de lo que digo tiene sentido para ustedes así que regresare algunos años, no sé cuantos realmente pero estoy seguro de que son más de 25.
Corría por una pradera cubierta de nieve, mis pequeñas manos estaban un poco entumidas por el frio llevaba una chamarra de piel gruesa y llevaba algo delgado con de mucho valor para mí en la mano era un poco más larga que yo por lo cual lo llevaba paralelo al piso yo tenía cerca de 8 años por lo que recuerdo del rostro de aquella niña que encontré al poco tiempo, parecía que éramos grandes amigos por la forma en que nos saludamos y nos molestamos eran cosas como "mi cabello es más bonito que el tuyo" o "mi perro es más grande" cosas realmente sin importancia pero oh como adoran pelear por eso los niños pequeños, lo siguiente que recuerdo es llegar a una casa en donde me esperaba mi padre y sus grandes ojos azules con los brazos extendidos y una enorme sonrisa celebrando mi victoria del día de hoy pidiéndome lo que llevaba para verlo y saber si me había tocado algo decente para alguien de nuestra familia, un grito de felicidad desde la habitación contigua indicando también su aprobación hacia mí y una orden en tono fuerte pero muy amoroso de que la cena estaba lista, supongo que era mi madre o mi hermana, no lo sé no recuerdo nada hasta varios años después.

Tenía unos 12 años y galopaba tan rápido como mi caballo me lo permitía para entregar el mensaje a un familiar lejano o eso me pareció de que estábamos listos para recibirlos en nuestra casa, el vivía a menos de 10Km lo cual no ameritaba ni el caballo ni que fuese a toda velocidad, pero era joven y siento que tenía pocos momentos para hacerlo sin una mirada penetrante en el hombro... aquí mi memoria se vuelve un poco difusa tengo ciertas imágenes de encontrarme llegando a la casa de este familiar así como también regresar junto con ellos en su enorme carreta, una cena muy agradable con pocas personas, mi padre , a una mujer de pelo castaño y un poco mayor, una mujer blanca como la nieve y una enorme coleta en su delicado cabello casi tan blanco como su piel ella me llevaba unos 5 años a lo mucho, a una niña más pequeña que yo de estatura pero de mi edad aproximadamente supongo que es la misma niña a la que me encontré en el camino años atrás, a un hombre con una barriga demasiado redonda que me daba risa con solo mirar su gracioso sombrero o su estomago, a un viejo que estaba sentado junto a mi no sé como físicamente pero sentía que le debía mucho respeto y admiración así como también le tenia demasiado aprecio y unas tres o cuatro personas más, estábamos celebrando algo supongo que era para mí tanta alcurnia por el orgullo con el que me movía mientras comía. A continuación un gran dolor en mi pierna derecha casi a la altura del tobillo y gritos de ánimo que decía que era porque al fin era un hombre o que eso probaría a los demás que era un miembro del clan, no se con certeza que decían pero supongo que lo que hacían probaría a los demás que no debían meterse conmigo de ese día en adelante.

Aquí es donde todo se vuelve más confuso me encontraba en plena adolescencia y recuerdo discutir con varias personas en momentos distintos, algunos rituales los cuales terminabas siempre en tatuajes por todo mi costado derecho, varias disputas con enemigos del pueblo, la familia o algún forastero, la verdad no tengo idea, solo recuerdo haber salido victorioso en casi todas las batallas que tuve salvo algunos ligeros cortes en los antebrazos y aquel objeto alargado portado en mi mano con gran orgullo, supongo que era una espada o algún tipo de arma por la forma en que sentía su presencia impregnada en mi ser. Lo último que recuerdo de aquel entonces es que me encontraba en una casa en la que apenas se podía caminar por el enorme calor del fuego que se extendía por todos lados el dolor que sentía en mi cuerpo quemado y lacerado en varios lugares por objetos cortantes que habían pasado por mi piel, el olor a sangre de aquellos que Vivian ahí a los que acababa de asesinar, la potencia con la que latía mi corazón y el deseo de mi arma por mas sangre, esta ultima era diferente no era larga y delgada como el objeto que siempre portaba con orgullo no este estaba a unos 5 metros detrás de una pared de llamas que median el doble que yo, lo que portaba en mi mano era burdo pesado y con un gran poder destructivo más que elegante. Y al final el mismo lugar en ruinas yo buscaba desesperadamente algo y luego un gran golpe en la espalda supongo que fue por una de las vigas que caía sobre mi cuerpo dejándome inconsciente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario